¿Cuáles son tus conversaciones pendientes?

Todos, seguramente tenemos alguna relación deteriorada, una conversación pendiente, con alguien de la familia, amigos, trabajo, socios, etc., tratemos de hacer esa conversación pendiente, y así, si cada uno se ocupa de hacerlo estaremos mejorando esta realidad, mejorando nuestro entorno.

En una sociedad interconectada, con redes sociales, móviles, pc, wzp, mail y mucho más, cada día estamos menos relacionados/comunicados entre nosotros.

Nos estamos aislando, hemos dejado de escucharnos a nosotros y al otro. La conversación es el gran elemento que genera o inhibe la evolución del ser humano.

Es habitual que escuchemos al otro, más preparados para ver que le respondemos, que para comprender que dice y eso es un mecanismo de defensa. Al no escuchar, lo que hago es siempre opinar yo, proponer y proponer, no construyo con el otro, y eso lleva a un quiebre. Porque cada uno ve lo que ocurre o habla de un tema desde el lugar donde este parado y no buscan entenderse.

Ese quiebre o brecha se puede solucionar según la calidad de la conversación que se tiene. Si lo incluyo al otro, lo escucho, lo entiendo, comprendo y puedo aportar opiniones que hagan superadora la relación.

Es posible que “algo sucediera en el pasado” que nos inquietó, irritó, molestó, pero por alguna razón u otra, “aquello” no se abordó. El tema nos fue “pesando”, nos fue “separando”. El tiempo, en lugar de solucionar el desencuentro más bien lo enfría, y dificulta su tratamiento. Realizar esa conversación pendiente nos ayuda a “cerrar” algo que quedó abierto o por lo menos poner sobre la mesa el tema y concluirlo.

Hay veces, que ambas personas, sabiendo que desde determinado momento una situación cambió su relación, se esfuerzan por “fingir” normalidad; también ocurre que, a veces, la ruptura es más evidente y las personas dejan de hablarse o de verse. Es obvio, que, con frecuencia, estas conversaciones llevan implícitas una enorme carga emocional y una gran incertidumbre acerca de su desenlace, que hacen que nos intimidemos y por tanto no pasemos a la acción.

Para afrontar estas conversaciones son necesarios varios ingredientes: humildad para dar el paso, coraje para afrontar la conversación y habilidades para conversar (saber escuchar, empatizar, estructurar la conversación, etc…).

Para abordar esas conversaciones debemos tener en cuenta una preparación previa donde consideremos: el contenido que va a tener, que es el “Que” queremos decir, que ya de por si es una dificultad para escoger palabras, y hechos a los que nos vamos a referir. Otros aspectos son el “Como” pensamos decirlo, y el  “Para que” o sea que deseamos conseguir al hacer esa conversación Estas conversaciones pendientes se dan en todos los ámbitos, en especial en las organizaciones, por la frecuencia de los contactos, intercambio de ideas y demás.

Concretar “la conversación pendiente” nos puede dar muchos beneficios, básicamente liberarnos de esa carga por tener algo pendiente, puede reflotar una relación o simplemente posibilitarnos ser comprendidos o comprender al otro.

¿Cuál es tu conversación pendiente?

 

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